El negocio de los mini influencers. Niños famosos
Durante el 2020, el valor estimado del negocio del marketing de influencers rondó los 10 mil millones de dólares, tan sólo en la plataforma Instagram, red en la que destacó particularmente un grupo demográfico en crecimiento: los niños influencers.
Por su carisma, frescura y apariencia, los niños influencers pueden atraer tanto a los padres jóvenes como a otros pequeños de su edad que han crecido navegando en internet, y en cuya rutina es algo de lo más normal utilizar una computadora, tablet o teléfono inteligente.
La edad de estas pequeñas y nuevas celebridades va desde los 2 años de edad, hasta pre adolescentes. A pesar de su juventud y poca experiencia, ellos pueden ganar desde 100 dólares por cada mil seguidores cuando las marcas les solicitan realizar una publicación patrocinada, así que cuando su audiencia alcanza millones de seguidores, el número puede crecer hasta cobrar 15 mil dólares o más por una sola publicación.
Así es como está surgiendo una generación de niños que desde temprana edad y sin concluir si quiera los niveles de educación básica están ganando cifras de 5 y 6 números, sin contar los innumerables obsequios de las marcas interesadas en ellos, ni las apariciones en otros medios de comunicación masivos.
Como representantes de estas pequeñas figuras, los padres adquieren la responsabilidad de administrar su dinero de forma paralela a la educación académica y moral de sus hijos, cuidando especialmente su estabilidad emocional y el control de sus expectativas.
Recientemente, el tema ha trascendido hacia la esfera legal, pues el relativo descontrol con el que crece tanto el número de niños influencers como el alcance de cada una de sus cuentas empieza a preocupar a organizaciones y activistas al cuidado de la infancia.
Por ejemplo, en California, Estados Unidos, un sector de la abogacia ha empezado a indagar acerca de la carencia de protección necesaria para los influencers infantiles, quienes quedan fuera de la protección que otorga la legislación vigente para los niños que trabajan en el cine y la televisión.
Considerando que las redes sociales son un espacio inundado de oportunidades para las personas que buscan ganar dinero rápido, una de sus principales preocupaciones es la explotación de los pequeños con dicho propósito, señalando la necesidad de establecer reglas claras sobre las condiciones en las que los pequeños pueden desarrollar su carrera como estrellas de internet, incluso, catalogándola como una ocupación formal, dadas las ganancias que ofrece.
Mientras tanto, el único recurso legal que existe para que un niño influencer se defienda de un posible abuso de sus familiares adultos es demandarlos cuando tenga la edad de 18 años. De ahí que los esfuerzos para crear conciencia sobre el acelerado avance del negocio de los mini influencers en las redes sociales se intensifiquen, por lo que probablemente tanto en Estados Unidos como en el resto de los países de América, probablemente muy pronto se cuente con leyes que protejan los derechos de los niños estrella.
Comentarios
Publicar un comentario