Mitos sobre el bautizo

Ropones de Bautizo
Sabemos que el bautismo católico consiste en un acto lleno de simbolismo, donde una persona, generalmente un bebé, recibe a Jesucristo y de alguna manera se compromete a manifestar con sus actos que es un hijo de Dios; por supuesto, con ayuda de sus padres y padrinos.

Se trata de un símbolo tangible de una transformación interior, enteramente espiritual, en la que se confiesa que se ha muerto al pecado y se ha resucitado con Cristo. 

Esa es la esencia de la celebración, misma a la que con el paso de los años se le han adherido creencias, costumbres y tradiciones, que a su vez han originado diversas interpretaciones acerca de los que es importante y lo que no, a la hora de celebrar un bautismo.

A continuación expondremos algunos de los mayores mitos y realidades que giran en torno al acto bautismal:

Mito: Los padrinos deben pagar el atuendo, ceremonia y celebración de bautizo
Realidad: Se trata de una costumbre que nada tiene que ver con la esencia del bautismo. La usanza dicta que el padrino compra el ropón, zapatos y accesorios para el día del bautizo, además de tres mudas de ropa adicionales para el ahijado. También se dice que el padrino paga la ceremonia en la iglesia, y organiza el banquete posterior, sin olvidar el famoso bolo que brinda a los invitados. Sin embargo, son reglas que no fueron dictadas por la iglesia católica; es decir, son cien por ciento opcionales y la celebración de un bautismo no depende de que se cumplan.

Mito: Es imprescindible que el color del ropón sea blanco
Realidad:No es imprescindible. Se acostumbra que en el sacramento del bautismo, al igual que en el de la primera comunión, confirmación y matrimonio, el atuendo sea blanco, ya que este color se asocia con la pureza de corazón para recibirlo, en este caso, también se liga con el nuevo ciclo de vida que el bebé iniciará al ser bautizado, ya que empezará a formar parte de la comunidad católica. Sin embargo, ni el Código de Derecho Canónico y ninguna otra norma religiosa establecen ninguna peculiaridad en la vestimenta. De cualquier manera, se recomienda el uso de colores claros, que se asocian con la ternura de un recién nacido, y la solemnidad del templo. Generalmente las variaciones al blanco son colores como el beige, perla o gris claro. También son comunes los ropones blancos con detalles en alguno de esos tonos. 

En general, la realidad es que lo único indispensable para celebrar el bautismo es que exista alguien que quiera ser bautizado (o que lo decidan sus padres), y el compromiso y voluntad de conducirse de manera coherente con la religión católica.
Ni el padrino, ni la vestimenta especial, y ninguno de sus accesorios son indispensables para llevar a cabo la celebración, de acuerdo con lo establecido en el Código de Derecho Canónico.

Libérate de estereotipos y prepara ese día especial para ti y tu bebé de acuerdo con los gustos, presupuestos y preferencias tuyas y de tu familia.

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