Los deportes son una pieza importante en el desarrollo de los niños

 



A medida que crecen, los niños descubren que el juego, además de ser individual o de sólo poder hacerlo divertido para ellos, puede ser más satisfactorio si lo llevan a cabo en conjunto.

Esta manera de desarrollar su relación con los demás es tan normal, que incluso se considera como una etapa más del desarrollo humano en la que existe la transición de juego, cuyo tránsito puede observarse durante los primeros 4-6 años de vida.

Es por ello que, al crecer, fomentar diferentes tipos de juego en grupo puede ayudarle a tener una mejor convivencia con sus compañeros de escuela y algunos otros niños con los que tenga contacto de manera frecuente, como familiares y vecinos. Sin embargo, uno de los grandes cuestionamientos es cómo comenzar a estimular el crecimiento y desarrollo del pequeño de una manera favorecedora mental y físicamente, para que pueda aprender a socializar y a compartir con los demás.

Quizá una de las mejores alternativas es motivarlos a practicar algún deporte desde sus primeros años de vida. Los deportes, además de ser favorecedores y enriquecedores para la salud física, son buenos para aprender a llevar un estilo de vida que puede ir, por muchas razones, distinto al ritmo de vida de los demás. En ellos se inculca la responsabilidad, la disciplina, el trabajo en equipo, el compartir y aceptar diferentes opiniones con el objetivo de obtener un resultado. 

Todas estas cualidades pueden aplicarse en prácticamente todos los deportes, sin embargo, existen algunos otros aspectos que pueden motivarte aún más a incluir a tu hijo a un nuevo equipo o actividad deportiva, por ejemplo: 

1. Ayuda a reducir el estrés y mejora el rendimiento académico: Está comprobado científicamente que los niños que son capaces de desarrollar alguna actividad deportiva son más hábiles para desarrollar capacidades de concentración y rendimiento escolar, destacándose por su buen aprovechamiento académico. Además, el deporte mejora su estado de ánimo y reduce factores que pueden afectarle como el estrés, la depresión, insomnio o ansiedad.

2.    Hábitos nuevos: Llevar una vida saludable y de buenos hábitos es más fácil cuando se obtiene una cultura de los mismos desde temprana edad. Practicar deporte desde los primeros años de vida les enseña a cuidarse y evitar el sedentarismo, las malas prácticas de alimentación y los vicios, además de corregir posibles complicaciones en la salud o bien, prevenir nuevas.

3.   Autoestima y valores: El deporte fomenta el aumento de la autoestima en el niño, quien se siente capaz y libre al realizar una actividad que es, por mucho, divertida y enriquecedora. Cuando disfruta del deporte que está llevando a cabo, desarrolla habilidades de autoapreciación y apreciación a los demás, incrementando su capacidad para poner en práctica valores como el respeto y la responsabilidad.

4.  Habilidades sociales: Practicar ejercicio a manera de deporte le enseña a convivir con otros niños de su mismo tamaño y edad, lo que le permite entablar relaciones dentro del deporte y fuera de él. Suelen ser menos tímidos que el resto de los niños, y sus capacidades para socializar incrementan de una manera favorecedora, pues a su vez, les ayuda a crecer en amistad con los demás para el futuro.


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