No organices la primera comunión de tus hijos como si se tratara de una boda

 

Los eventos religiosos de nuestros hijos son muy emocionantes porque se van involucrando cada vez más en su comunidad espiritual.

La primera comunión es un momento significativo pues es la primera vez que se le permite al niño participar de la eucaristía, el momento más importante de la Santa Misa. 

Sin embargo el sentido espiritual de esta celebración se ha venido desvirtuando para convertirse en una especie de competencia para ver que familia organiza el evento más grande y ostentoso.

En un día que los niños deberían jugar el papel central, el evento es organizado por adultos para adultos convirtiéndose en una mini boda y fácilmente se nos puede ir de las manos.

Sin mencionar el costo de organizar un festejo enorme, algunas primeras comuniones pueden exceder los 200 mil pesos al sumar elementos como invitaciones creativas y complejas, recuerdos, el dj, la cabina de fotos, el salón o jardín.

Lo que realmente es un error, es adquirir una deuda a largo plazo para cubrir el costo del evento. Muchas familias recurren a líneas de crédito con muchas mensualidades y tasas de interés muy altas que pueden resultar en un descalabro económico.

Al final del camino se pierde el verdadero propósito de hacer la primera comunión y esto puede resultar perjudicial para los niños porque puede que no se tomen tan en serio la importancia del sacramento.

Para evitar todo esto, conviene que los padres se hagan muy presentes en la preparación espiritual rumbo a la primera comunión, que se involucren en el proceso del niño y que como familia se comuniquen y lleguen a conclusiones acerca de lo que ese día significa para cada quién.

Todo debe tener un equilibrio, por lo que también es importante que el niño se involucre en los preparativos de la ceremonia y de la reunión posterior.

Esto no significa que la fiesta deba ser absolutamente austera, simplemente quiere decir que se debe hacer el esfuerzo de identificar las cosas importantes de las que no lo son.

Lo más importante es que al niño le quede claro el profundo significado de participar en la eucaristía y que ponga empeño en su preparación espiritual para que después pueda compartir el momento con familiares y amigos.

Y como ventaja para los padres está el no incurrir en gastos superiores a la economía familiar y que traigan problemas adicionales como el endeudamiento con instituciones crediticias.

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